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El granada tiene una rica historia y ha existido durante siglos. La hermosa piel, que va del amarillo anaranjado al rojo púrpura intenso, alberga una multitud de semillas que crean un jugo dulce y picante que se puede usar en recetas de salsas.platos salados y dulces, y como condimento para bebidas. Las semillas enteras también se pueden comer frescas, agregar a ensaladas o usarse como guarnición colorida.
Pelarlo
Para pelar una granada, primero corte la corona y saque con cuidado un poco del núcleo central sin tocar las semillas. Con un cuchillo afilado, marque en cuartos la cáscara exterior alrededor de la fruta. Coloque el pulgar en el centro del núcleoy separe suavemente las secciones. Quite la piel blanca de papel que cubre las semillas y deséchela. Invierta suavemente la piel del revés y las semillas saldrán para quitarlas fácilmente sin magulladuras.
Separando las semillas
Las pepitas de semillas frescas y sin adornos son una hermosa guarnición comestible y colorida. Es por eso que las verá a menudo utilizadas en platos gourmet, desde ensaladas hasta entradas y postres. Funcionan con todos los platos.
Para facilitar la separación de la membrana blanca de las pepitas, coloque las piezas cortadas en un recipiente con agua fría y separe suavemente las semillas jugosas. Las piezas de la membrana deben flotar hasta la parte superior del agua para una fácil separación.
Jugo
si quieres el jugo , pero no las semillas, tiene varias opciones :
- Utilice un molino de alimentos para moler el jugo fresco de las semillas, dejando las semillas atrapadas en el molino.
- Pulse las pepitas en una licuadora con ráfagas cortas y cuele.
- Cortar las frutas por la mitad en forma transversal y escariarlas como lo haría con un limón.
- Coloque las semillas en una bolsa de plástico sellada para congelador y páselos por encima con un rodillo.
Los métodos anteriores pueden impartir un toque de amargor debido a la abrasión de las semillas, pero el amargor debe ser mínimo si tiene un toque ligero y paciente.
También puede cocinar lentamente las semillas en un poco de agua en una olla de barro o en la estufa y presionar a través de un colador o estopilla para quitar las semillas. Este método lleva más tiempo pero produce menos amargor.
